El primer contacto que tengo con el alumno es una pequeña entrevista, a modo de acercamiento previo, para saber por qué ha elegido las clases privadas, cuales son sus inquietudes sobre la filosofía y disciplina del Yoga y acerca de sus patologías, en el caso de que las tuviera.
Posteriormente, compruebo su nivel de práctica de Yoga y sino ha practicado antes, comenzamos con posturas básicas y sencillas para ir, poco a poco. De esta manera puedo saber con claridad hacia donde enfocar su práctica y en que va a consistir el desarrollo de las siguientes sesiones. Por tanto, estas clases son diseñadas exclusivamente para cada persona y en todo momento se supervisa el trabajo realizado.
En ellas, se trabaja con diferente material y soportes y se hacen ajustes muy precisos, según se requiere, y con ello conseguimos llegar a un óptimo resultado de forma gradual.
Una de las intenciones es enseñar a reconocer el aspecto más sutil de la práctica, a sentir el cuerpo y a tener un profundo respeto hacia él….